19 abril 2013

Convivir con el fracaso

Una breve entrada, y un par de reflexiones, para reflejar mis dos últimos fracasos en sendos concursos a los que me presenté. Fracasar, o no conseguir el objetivo inicialmente planteado, y más en esto del painting, no es malo. No pasa nada, es lo habitual, tanto en convocatorias, como en encargos o con las muchas cosas que ilustras a diario. Y también en la vida: con la familia, con la empresa, con los amigos,... de todo se aprende para intentar ser mejor, no sin maldecir unas cuantas veces antes, claro.

Creo que el fracaso ayuda a ser mejor, y a ser más sincero con uno mismo, y también obliga a esforzarse más para el próximo intento. Mientras haya ganas, constancia, alegría, frescura, tenacidad y algo que expresar, que nadie se preocupe: a mi, mis obras, me siguen pareciendo las mejores del mundo. Lo doy todo cuando las hago, y las bendigo antes de acabarlas, por el simple hecho de haberlas podido hacer, y verlas con mi firma. A partir de ahí, ya no son mías: son de todos.

Después de esta pequeña perorata que firmaría cualquier filosofillo o emprenderdor de medio pelo, entro en el 'txungur' de la entrada que quería escribir. Tenéis que entenderlo: es la primavera, que ya se sabe, la sangre altera ;o)

Baile.

El primer painting que no ha pasado ronda ha sido el que presenté para el Cartel de San Fermín de este año, titulado 'Baile'. He ido presentando obra a lo largo de sucesivos años, por eso de que como pamplonés de pro me moriría de ilusión por ver algo mío ilustrando la Fiesta, pero la verdad es que, con el paso de los años y el tradicional despiste que lleva el jurado (institucional o popular) con este concurso, ha sido una década haciendo la goma en esta convocatoria, como los buenos ciclistas. Creo que no soy el único, por cuanto que la participación e interés ha ido cayendo conforme han pasado los años. Considero, como muchos, que no se le da valor al concurso, y nunca nadie ha sabido muy bien, ni que se vendía, ni que se quería. Mi obra tiene algo de azul, con lo cual, fulminada, jajaj!

Siempre he sido muy crítico con la poca promoción que se hace de los San Fermines, y el enfoque y recursos que los pamploneses le damos a lo que, sin duda, es nuestro recurso turístico y referencia mundial e inimitable... sin igual. Con eso de que son las fiestas de nuestro pueblo, y parece que todos los caminos conducen el 6 de julio a Pamplona, se sigue sin exprimir lo que debería ser una puesta en el mapa mundial sin parangón, pero no sólo para una semana: para toda una vida. Que se lo pregunten a Hemingway. Pero la elección del cartel que anuncia las fiestas no podía estar exenta de este despiste colectivo. Fiestas universales que se gestionan con mentalidad local. Un horror, vaya.


Votaciones sólo para pamploneses/as.

Los 8 carteles elegidos los podéis ver en este enlace y valorar vosotros mismos por dónde han ido los tiros en esta edición de 2013. Habrá que ver qué imagen, concepto, idea y obra refleja las fiestas en honor a nuestro santo patrón este año. Congrats al vencedor desde ya.

La segunda convocatoria para la cual mi obra tampoco ha sido seleccionada entre las finalistas es la que hice para el 10º Aniversario del Civican en Pamplona, y que debe ilustrar durante todo el año, y de manera notoria, este emblemático edificio cultural en mi ciudad. Me hacía ilusión, por cuanto que es un sitio que visito con frecuencia, y al que le tengo cierto cariño. Además, las proporciones de la lona y la visibilidad que tiene el asunto, son apetecibles para cualquiera que ilustre, pinte o decore.


Obra para el Civican.

Las 15 obras seleccionadas están en el hall de Civican con la posibilidad de ser votadas por los visitantes, os recomiendo que paséis, hay alguna cosa muy chula, con mucho estilo.

Como el buen manual del fracasado indica, en ambos casos, tanto Ayuntamiento como Civican, han gestionado bastante mal la información, especialmente, para con los que no han sido seleccionados, algo por otra parte habitual: por mucho que tengan todos tus datos, registros, correos, FB, Twitter... ni avisan de que se ha fallado algo, si estás en algún tipo de lista, exposición o convocatoria posterior, o simplemente, para decirte que eres un manta, que no te has comido un colín, y dar las gracias por participar. Deberían ser más delicados, y respetuosos. No cuesta mucho. Yo, desde aquí, se las doy expresamente por montar los concursos, aunque en la mayoría de los casos, los paguemos todos con nuestros impuestos.

Otra reflexión a cuenta de esto de ganar concursos y dinero con los paintings, tener éxito o no, según se mire y lo que se busque, me vino hace un par de semanas, ya que tuve la enorme fortuna de poder visitar en Amsterdam la Casa Museo de Rembrandt. Además de todo lo que allí vi, sentí y disfruté (así como del workshop de grabado que hicimos), está pequeña leyenda me dejó bien claro de qué iba todo esto de darle al pincel, la pluma o, ahora, el ordenador. Una puta ruina, así de claro. Aunque gracias a ésta, y al escrupuloso perito que hizo el deshaucio, hemos podido disfrutar, siglos después, de todo lo que en aquella casa pasaba.


Reseña en la Remdrandt House.

Aunque, la verdad, no sé cómo eran las cosas en en siglo de Oro holandés, pero aquí, en estos tiempos que corren, es fácil encontrarse con que las cosas no salen. En muchos aspectos de la vida, además. Las mieles del éxito, si es eso lo que buscas, no están hechas para todos. Más bien, al contrario: sólo para una minoría de elegidos, los triunfadores. Y lo más normal no es encontrarse entre ellos. Si sois capaces de salvar el tufillo empresarial y económico del speach de Carles Torrecilla, esta charla está bien respecto a todo esto del fracaso, el emprendimiento y hacer lo que te pide el cuerpo. Os la recomiendo.



Así que... a por otra convocatoria. Suerte.

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